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En el ajetreo diario de nuestras vidas, es fácil perderse en las rutinas, las obligaciones y las expectativas de los demás. Sin embargo, es posible que una pregunta emerja desde el fondo de nuestra conciencia:
¿Quién soy realmente?
Esta pregunta, aunque simple, abre la puerta a una exploración profunda de nuestra identidad, valores y propósito.
La Búsqueda de la Identidad
Nuestra identidad no es algo fijo; es un viaje continuo de autodescubrimiento y cambio. Desde que nacemos, nos moldean muchos factores: nuestra familia, cultura, experiencias y decisiones personales. Pero, ¿hasta qué punto estas influencias definen quiénes somos en esencia?
Tomarse un momento para reflexionar sobre nuestra identidad nos invita a mirar más allá de las etiquetas que la sociedad nos impone: estudiante, profesional, madre, amiga. Nos anima a explorar nuestras pasiones, miedos, sueños y debilidades.
¿Qué me apasiona?
¿Qué me hace única?
¿Cuáles son mis valores fundamentales?
Estas preguntas son claves para entender quién eres en lo más profundo de tu ser.
La Fuerza de la Motivación
Una vez que empezamos a desentrañar nuestra identidad, surge otra pregunta crucial:
¿Qué es lo que me impulsa cada día?
La motivación es la fuerza interna que nos mueve a actuar, a perseguir metas y a enfrentar desafíos. Puede venir de varias fuentes, tanto internas como externas.
- Motivaciones Internas: Son las que nacen de nuestro interior, de nuestras pasiones y valores personales. Por ejemplo, el deseo de superación personal, la búsqueda de conocimiento o la satisfacción de ayudar a los demás. Cuando nuestras acciones están alineadas con estas motivaciones, sentimos una gran satisfacción y propósito.
- Motivaciones Externas: Son influencias externas que nos impulsan a actuar, como el reconocimiento, las recompensas materiales o las expectativas sociales. Aunque pueden ser fuertes, las motivaciones externas a menudo son pasajeras y pueden no proporcionar una satisfacción duradera.
Conectando Identidad y Motivación
La verdadera satisfacción surge cuando alineamos nuestra identidad con nuestras motivaciones. Al conocernos mejor a nosotras mismas, podemos identificar lo que realmente nos impulsa y tomar decisiones que estén en armonía con nuestros valores y sueños. Esto no solo nos da un sentido de propósito, sino que también nos permite vivir de manera más auténtica y plena.
Tomarse el tiempo para reflexionar sobre quién eres y qué te impulsa es un acto de amor propio y autodescubrimiento. En un mundo que a menudo nos empuja a seguir adelante sin detenernos, dedicar un momento a esta introspección puede transformar nuestra perspectiva y nuestra vida.
Así que, ¿Te has detenido a pensar en quién eres realmente y qué es lo que te impulsa cada día?
Si aún no lo has hecho, te invito a hacerlo. Podrías descubrir aspectos de ti misma que nunca habías imaginado y encontrar una nueva fuente de inspiración y motivación en tu vida cotidiana.
Entrar en tu interior y empezar a conocerte es uno de los actos de amor más bonito que puedes hacer contigo misma.
Así que, si no lo has empezado a hacer todavía, hoy puede ser un buen día para hacerlo.
Feliz día!
Silvia Pascua
Coach emocional y Mentora de empoderamiento y liderazgo femenino